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Conoce las partes de una persiana

Última actualización:
21 agosto, 2025
Tiempo de lectura: 4 minutos
Ventana con persianas abiertas
partes de una persiana​ 1

Conocer las partes de una persiana es el primer paso para mantenerla en buen estado y solucionar pequeños problemas en casa. Muchas veces se atasca la cinta, una lama se rompe o el cajón hace ruido, y no sabemos por dónde empezar.

¿Te has encontrado en esa situación? Entender cómo funciona cada pieza te ayudará a identificar el fallo sin perder tiempo ni dinero. Aquí descubrirás de forma sencilla qué elementos componen el mecanismo y cómo influyen en su uso diario.

Principales componentes del sistema

Las persianas están formadas por varias piezas que trabajan juntas para garantizar su funcionamiento. Conocer cada una de ellas ayuda a identificar problemas, realizar pequeñas reparaciones y mantenerlas en buen estado durante más tiempo. Cada elemento tiene una función concreta que influye tanto en la comodidad como en la durabilidad del sistema.

Los principales componentes son:

  • Lamas: Son las piezas horizontales que se encajan unas con otras. Su misión es cubrir la ventana y ofrecer aislamiento frente a la luz, el frío o el calor. Según el material, aportan mayor resistencia o ligereza.
  • Cajón: Es el espacio donde se enrolla la persiana. Puede estar situado en el interior o en el exterior del marco de la ventana, y su instalación influye en el aislamiento térmico y acústico.
  • Eje: Se encuentra dentro del cajón y sostiene las lamas al enrollarse. Su correcta alineación es clave para que la persiana suba y baje con suavidad.
  • Polea: Forma parte del mecanismo que conecta la cinta con el eje. Sin ella, el movimiento sería irregular y forzaría el sistema.
  • Cinta y recogedor: La cinta permite mover la persiana de forma manual, mientras que el recogedor guarda la cinta y la mantiene tensa para evitar enredos.
  • Guías laterales: Son los carriles por los que deslizan las lamas. Aportan estabilidad y evitan que se desplacen fuera de su lugar.
  • Topes: Se colocan en la lama inferior y actúan como freno para impedir que la persiana se introduzca completamente en el cajón.

Diferencias entre persianas manuales y motorizadas

Las persianas manuales funcionan con cinta y recogedor. Son económicas, fáciles de instalar y apenas requieren mantenimiento más allá de revisar la cinta. Sin embargo, su uso continuo puede desgastar piezas como la polea o el recogedor. Si te interesa conocer más opciones, existen distintos tipos de persianas exteriores que combinan funcionalidad y diseño, ideales para encontrar la que mejor se adapta a tus necesidades.

Las persianas motorizadas incorporan un motor en el eje que permite subir o bajar con solo pulsar un botón. Ofrecen comodidad y se pueden integrar con sistemas domóticos, aunque requieren una instalación más técnica. También es necesario revisar el motor con cierta periodicidad para evitar fallos eléctricos.

Mantenimiento de las partes de una persiana

Persona limpiando ventana con persiana
partes de una persiana​ 2

El mantenimiento regular de una persiana evita reparaciones costosas y prolonga su vida útil. La limpieza de las lamas con un paño húmedo mantiene la superficie libre de polvo y mejora el aspecto estético.

Revisar el estado de la cinta y el recogedor permite detectar desgaste antes de que se rompan. También conviene comprobar que el eje gire sin resistencia y que las guías laterales estén limpias para evitar atascos. Realizar una limpieza en profundidad, por ejemplo, siguiendo técnicas como usar una limpieza con vaporeta ayuda a eliminar residuos más difíciles y prolonga la vida del mecanismo.

Problemas frecuentes y cómo solucionarlos

Las persianas suelen presentar fallos comunes que afectan a su uso diario. Conocerlos permite resolverlos rápido y mantener el sistema en buen estado.

Cinta que se atasca

Cuando la cinta se traba, el movimiento de la persiana se vuelve irregular o se bloquea por completo. La causa habitual es el desgaste del recogedor o una mala colocación en la polea. En algunos casos, el problema puede estar en que la persiana directamente no sube, por lo que conviene seguir una guía para reparar una persiana que no sube y comprobar el origen del fallo.

Para solucionarlo, se debe comprobar si la cinta está deshilachada y sustituirla si es necesario. Si el problema está en la polea, conviene revisar su alineación y lubricarla para recuperar la fluidez del mecanismo.

Lamas rotas o dañadas

Las lamas pueden agrietarse o romperse por golpes, exceso de sol o uso prolongado. Una lama dañada reduce el aislamiento y puede afectar al resto de la estructura.

En estos casos, lo mejor es sustituir solo las lamas afectadas. El proceso consiste en extraer la persiana del cajón, localizar la lama dañada y reemplazarla por una nueva del mismo modelo.

Ruidos en el eje o la polea

Los ruidos suelen aparecer cuando alguna pieza se ha desajustado o falta lubricación en el mecanismo. El sonido metálico indica un problema en el eje, mientras que los chasquidos apuntan a la polea.

La solución pasa por aplicar un lubricante específico para persianas y comprobar que los tornillos del eje estén firmes. Si el ruido persiste, puede que sea necesario reemplazar el eje o la polea.

Consejos para alargar la vida útil

Cuidar de cada componente es la mejor forma de garantizar que la persiana funcione sin problemas durante muchos años.

  • Manejar con suavidad: Evita tirones bruscos al usar la cinta o el motor para reducir el desgaste del mecanismo.
  • Limpiar con frecuencia: Retira el polvo de las lamas y revisa que las guías laterales estén libres de suciedad.
  • Revisar el estado de las piezas: Sustituye la cinta, los topes o el recogedor en cuanto notes deterioro.
  • Usar repuestos de calidad: Elige piezas compatibles con el modelo de persiana para mantener la estabilidad del sistema.
  • Comprobar el eje y la polea: Revisa su alineación y aplica lubricante específico para garantizar un movimiento fluido.

Mantener una persiana en buen estado no requiere grandes esfuerzos, solo constancia y atención a los detalles. Conociendo las partes principales, aplicando cuidados sencillos y sustituyendo piezas cuando sea necesario, se consigue alargar su vida útil. Una persiana cuidada ofrece mayor comodidad, aislamiento y confianza en el hogar.

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Escrito por: albertoadmin

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