Cómo arreglar persianas enrollables

¿Tu persiana enrollable se ha quedado atascada y no sabes por dónde empezar? No te preocupes, no hace falta ser un profesional para solucionarlo. Con unos pasos sencillos y las herramientas adecuadas, puedes arreglar tu persiana enrollable sin desmontar toda la instalación.
En esta guía te explicamos cómo identificar el problema, qué piezas revisar y cómo repararlas de forma segura. Así ahorrarás tiempo, dinero y evitarás futuras averías. ¿Listo para recuperar el control de tus persianas? Vamos paso a paso.
Causas comunes por las que una persiana no sube o baja
Las persianas enrollables pueden dejar de funcionar por varios motivos. Lo más habitual es que algún componente interno esté desgastado, sucio o fuera de su sitio.
Problemas en la cinta o cuerda
La cinta puede atascarse o romperse por el roce constante dentro del recogedor. Si se enrolla mal, la persiana no sube ni baja correctamente. Para comprobarlo, basta con soltar la tapa del recogedor y observar si la cinta está deshilachada o torcida. Cuando esto ocurre conviene seguir esta guía sobre cómo cambiar la cinta de una persiana paso a paso para garantizar un resultado duradero.
Conviene sustituir la cinta cuando presenta cortes o se ha quedado demasiado corta tras varios años de uso. Si solo está suelta, bastará con volver a tensarla. En estos casos te puede interesar nuestra guía para cómo cambiar la cuerda de una persiana correctamente. Mantenerla limpia y libre de humedad alarga su vida útil.}.
Atascos en el eje o enrollado
Cuando la persiana se bloquea al subir o bajar, el eje puede estar sucio o torcido. El polvo acumulado entre las lamas y el tubo de enrollado genera fricción y dificulta el movimiento.
Un repaso con un trapo seco o un poco de lubricante elimina el problema en la mayoría de los casos. Si el eje está torcido, habrá que retirarlo con cuidado y enderezarlo antes de volver a colocarlo.
Lamas desalineadas o dañadas
Las lamas se encajan entre sí y si una se dobla o se sale de su posición, toda la persiana se bloquea. Es fácil detectarlo al observar una curva o separación entre lamas.
En este caso, se puede retirar la lama afectada y reemplazarla por otra del mismo tamaño y color. Mantener las guías limpias y sin restos de polvo evitará que se repita el problema.
Mecanismo interno bloqueado
El bloqueo interno suele deberse a un exceso de suciedad o a la falta de lubricación en las piezas móviles. Esto provoca que el mecanismo se atasque al girar el eje o tirar de la cinta.
La solución pasa por desmontar la tapa de la caja, limpiar con un trapo seco y aplicar lubricante en los puntos de fricción. Así se recupera la suavidad del movimiento y se previenen futuras averías.
Fallos en los flejes o la polea
Los flejes son los elementos que unen la persiana al eje. Si uno se suelta, la persiana sube torcida o se atasca. Revisar que los flejes estén firmes y bien sujetos es fundamental para un funcionamiento estable.
La polea también puede desgastarse y perder tensión. Si al subir o bajar notas que la cinta se mueve sin fuerza, lo más probable es que haya que sustituirla.
Herramientas y materiales necesarios para la reparación

Antes de empezar la reparación, conviene tener a mano las herramientas adecuadas. Esto evita interrupciones y reduce el riesgo de dañar piezas.
Herramientas básicas necesarias:
- Destornillador: para abrir la caja y retirar tornillos del eje.
- Alicates: útiles para sujetar o enderezar piezas metálicas.
- Lubricante: mejora el movimiento de las piezas móviles.
- Trapo seco o papel absorbente: para limpiar el polvo acumulado.
- Cinta nueva o flejes de repuesto: en caso de rotura.
Disponer de todos estos elementos garantiza una reparación rápida y segura, sin necesidad de improvisar soluciones que puedan empeorar el problema.
Cómo acceder al mecanismo de una persiana enrollable
El primer paso consiste en abrir la caja de la persiana con cuidado. Normalmente se encuentra en la parte superior del marco. Al retirar la tapa, el eje y las lamas quedarán a la vista.
Es recomendable observar el estado general antes de tocar nada. De este modo, se identifican deformaciones, suciedad o piezas sueltas sin desarmar más de lo necesario.
Una vez detectado el problema, se puede actuar directamente sobre la zona afectada. Para limpiar el interior, basta con un trapo seco o un cepillo pequeño. Si hay grasa vieja o restos de polvo, se pueden eliminar con un poco de alcohol.
Reparar una persiana con cinta atascada
Cuando la cinta se queda atascada o no se enrolla bien, lo primero es liberar la tensión. Se retira la tapa del recogedor, se sujeta la cinta y se comprueba si está enrollada correctamente.
Si la cinta está dañada o se ha salido de la polea, se corta el tramo defectuoso y se sustituye por una nueva. Para fijarla al tambor, se introduce en la ranura del eje y se enrolla manualmente hasta tensarla.
El procedimiento correcto incluye:
- Retirar la tapa del recogedor.
- Desenrollar la cinta vieja.
- Insertar la nueva cinta en el eje.
- Enrollar la cinta hasta recuperar la tensión adecuada.
Al terminar, se prueba el movimiento completo varias veces para asegurarse de que no hay enganches.
Arreglo de lamas desencajadas o rotas
Una lama rota o desalineada impide el movimiento de toda la persiana. Para solucionarlo, hay que acceder a la parte superior y liberar las lamas superiores hasta llegar a la dañada. En nuestra guía sobre alineación de lamas de persianas encontrarás los pasos exactos para corregir ese desajuste.
Una vez localizada, se extrae deslizando lateralmente y se reemplaza por una nueva. Es fundamental que la nueva encaje perfectamente con las demás para evitar desniveles.
El proceso se facilita si:
- Se limpia previamente la guía.
- Se comprueba que las lamas superiores estén bien alineadas.
- Se revisa el eje antes de volver a colocar la tapa.
Con estos pasos, la persiana recuperará su funcionamiento sin esfuerzo.
Solución a problemas en el eje o mecanismo enrollable
El eje central soporta todo el peso de la persiana, por eso es una de las piezas más delicadas. Si gira con dificultad o hace ruido, probablemente esté sucio o desalineado.
Limpiar el eje con un trapo seco y aplicar una pequeña cantidad de lubricante suele bastar. En casos de deformación, conviene sustituirlo por uno nuevo del mismo diámetro.
Cuando el mecanismo interno no responde, revisar los flejes y la polea suele resolverlo. Ambos elementos deben moverse con suavidad y sin holguras.
Cuidados y mantenimiento periódico
El mantenimiento evita la mayoría de las averías. Una revisión cada pocos meses mantiene todos los componentes en buen estado.
Para conservar la persiana durante años:
- Limpia las lamas con un paño húmedo.
- Aplica lubricante en los puntos de fricción.
- Evita tirar bruscamente de la cinta.
- Comprueba que el eje y los flejes estén firmes.
Dedicar unos minutos a estos cuidados alarga la vida útil del sistema y reduce el riesgo de averías. Si quieres mantener tus persianas siempre como nuevas, te recomiendo leer esta guía sobre cómo limpiar persianas correctamente.
Cuándo llamar a un profesional

Hay casos en los que intentar reparar una persiana por cuenta propia puede ser peligroso. Si el eje está deformado o la caja está dañada, lo mejor es contactar con un técnico especializado.
También conviene solicitar ayuda cuando la persiana es motorizada o de gran tamaño. Manipular sus componentes sin conocimientos puede provocar más daños o incluso lesiones.
Un profesional garantiza una reparación rápida, segura y con repuestos y accesorios para persianas compatibles. Además, podrá asesorar sobre mejoras como la instalación de motores o sistemas automáticos.
Mantener las persianas enrollables en buen estado no requiere grandes conocimientos, solo atención y constancia. Con una limpieza periódica, revisión de piezas y pequeños ajustes, se evita la mayoría de averías. Si el daño es grave, acudir a un profesional es la opción más segura para garantizar un resultado duradero.










